jueves, 8 de noviembre de 2007

Lecciones

"Considera a las personas, no como simples medios, sino como fines en sí mismos"
Immanuel Kant.

Cuando me las dijo, pensé que Melissa estaba utilizando sus propias palabras. Después me enteré de que sólo parafraseaba a Kant, como en muchas otras de las cosas que me dijo. Hoy, en concreto, me he despertado con esas palabras en la mente. Porque he soñado con la última vez en que me las dijo, el mismo día que se marchó de mi vida.

Han pasado diez años desde aquello. Yo tenía 23. Ahora, al igual que en ese momento, no puedo concebir a las personas como lo que Melissa (o Kant) decían que eran. Todos pueden aportarme algo útil en este camino que comencé hace 22 años y que dentro de poco termina, pero nadie es imprescindible, nadie vale tanto como para que lo considere un "fin". Ellos sólo son herramientas con las que construir mis objetivos. Y si pueden aportar cosas útiles a mis planes, también pueden destruirlos por completo. Por eso soy distante con ellos, porque no quiero que destruyan lo que tantos años he tardado en construir. Es cierto que Melissa intentó corregir mi frialdad. Ella siempre intentó que sintiera. Supongo que lo que en realidad intentó hacer fue tapar la cicatriz que me marcó el día que cumplí once años, cuando me enseñó aquello que haría que jamás volviera a sentir nada. Creo sin duda que aquí erradica la naturaleza de la insistencia de Melissa por intentar traerme por un camino más o menos recto. Pero yo jamás fui concebido para encerrarme bajo límites.

Hoy me he despertado entre lágrimas, sudando, en el suelo. He visto a Melissa por primera vez en diez años, tan nítida como la última vez que estuve a su lado. Todo eran flashes con los recuerdos que viví junto a ella, cuando la vi por primera vez con once años, cuando me enseñó a utilizar mi don. En definitiva, he visto en mi sueño el resumen de cómo Melissa me ha ayudado a sobrevivir. Sin ella probablemente no habría encontrado mi camino, y mi don se habría vuelto una maldición... Probablemente yo estaría muerto ahora.

No sabría decir "La echo de menos" porque no sabría definirlo. Melissa se fue porque ya no podía aprender más de ella, y a partir de ese punto sólo sería un estorbo para mis planes. Pero si pudiera sentir aprecio por alguien, la primera persona en la que pensaría sería Melissa. Todavía recuerdo sus palabras, su cordialidad, su fuerza, su inteligencia. Era todo lo que yo soy ahora, era todo lo que yo, aunque no lo sabía, siempre había querido ser.

Sólo recuerdos, palabras... Jamás podría resumir todo lo que ocurrió con Melissa.




[- ¿Por qué le has matado, Leonardo?
- No lo sé, Melissa....]



Leonardo Stigliari.


2 comentarios:

iAdr dijo...

No sabía (óbviamente) que habías creado este blog...
La verdad es que desde el texto de "Sin sexo", que fue más o menos cuando Carlota empezó su particular invasión de Catalunya y cuando empecé a entrar en su fotolog, siempre pruebo suerte a ver que has preparado hoy.

Todo un personaje el que has creado, muy bueno... y intrigante.

Por cierto, supongo que se entiende, pero soy:
http://www.fotolog.com/digitaldungeon


Hasta pronto!

Iconoclasta dijo...

Geniales estos textos desde la apatía Radok.
Un placer saber de ti.
Buen sexo.